PALABRA DE MUJER

Palabra de mujer



sábado, 22 de marzo de 2014

Por qué me quedo en el PRD

Milito en el Partido Revolucionario Dominicano desde que tengo 19 años. He formado parte de todas las estructuras del Partido. Pertenecí a la juventud del PRD cuando por mi edad me correspondía estar en ese organismo. Todos mis recuerdos políticos, mi formación humana e intelectual, y mis grandes amigos y amigas están unidos a las siglas “PRD”. Lo que en política he sido se lo debo a este partido.

En el PRD encontré el medio para llevar a cabo mis ideas y hacer posible mi concepción de la vida y de la sociedad. Yo desde muy joven pensé que la mejor forma de transformar la sociedad y de luchar por mi concepción del interés general era a través de la organización política que coincidía con mi planteamientos ideológicos. Por eso durante todo este tiempo he militado en el  Partido Revolucionario Dominicano.

Siempre me he revelado contra los que dicen que el PRD es sobre todo un sentimiento y que por eso debemos cuidarlo, incluso mimarlo, porque es así como se trata a los buenos sentimientos. Un partido político que pretende transformar la realidad y derribar las injusticias es algo distinto a un sentimiento, aunque sus militantes sientan sus siglas como parte de su propia identidad personal.

El PRD es una tradición, una historia, un grupo humano que comparte unos valores y unos principios, y que pretende ser útil al conjunto de la sociedad. El PRD tiene que ser un partido socialista, progresista o socialdemócrata del siglo XXI que aspira a gobernar el país, y si hablamos de Gobierno hablamos de mayorías, y por lo tanto nuestras fronteras no se pueden ni se deben quedar en los socialistas, los progresistas o los socialdemócratas, sino que se deben ampliar al conjunto de las familias dominicanas, a los trabajadores y pequeños empresarios, a todos aquellos que comparten nuestro concepto de justicia, de igualdad, de solidaridad y de progreso. Trabajar por todos ellos me trajo un día a lo que desde entonces considero mi casa, mi hogar ideológico y político. Y uno no se va de su casa, no abandona su hogar, no reniega de su familia, se puede pelear con ella, le pueden intentar echar de su casa, pero lucha hasta la última gota de su sudor para seguir viviendo en su hogar y conviviendo con su familia.

Los ideales que me trajeron a esta organización siguen intactos, ni los reveses de la vida ni las derrotas de las urnas los han ensombrecido. Mi ilusión es la misma del primer día que entre por la puerta de la sede del Partido. Pero sobre todo, lo que no ha cambiado, ni para mí ni para ninguno de nosotros, es la necesidad de trabajar por un país y por unas personas que siguen padeciendo la injusticia, el desigual reparto de la riqueza o la poca solidaridad de los que más poder tienen sobre los que menos poder detentan.

Para ellos, para los que no tienen fortunas, ni empresas, ni nacieron en buena cuna, ni fueron a universidades en el extranjero, ni pertenecen a familias de rancia tradición, para ellos nuestro partido sigue siendo necesario. Y yo creo, que además de necesario, si nos empeñamos tiene que ser útil.

Quiero luchar contra el maleficio histórico que parece que nos obliga a los perredeistas a dividirnos cada cierto tiempo. Hay quien dice que la división está en nuestro ADN fundacional, pero yo me resisto a que el ADN de nuestros antepasados determine nuestro futuro y el de nuestros hijos. He pasado una gran parte de vida luchando porque las atávicas costumbres machistas heredadas de nuestros padres pasen a nuestros hijos. Y ahora, en un momento decisivo de la historia de nuestro partido, no me voy a resignar a que, una vez más, me digan que la división es parte de nuestra herencia. Rechazo las herencias que nos hacen más pobres y más débiles.

Cada vez que un dirigente o un grupo de dirigentes han salido de nuestras filas y ha formado otra organización, nos ha hecho daño durante un tiempo, pero todas las organizaciones que han salido del PRD han sido más pequeñas, más frágiles y más efímeras que nuestra partido.
 

Me quedo en el PRD para seguir luchando por aquello en lo que he creído desde que era una joven comprometida e idealista. Me quedo en el PRD porque sigo pensando que  puede ser un partido útil para transformar la sociedad y hacer un país mejor. Me quedo en el PRD porque los dirigentes pasaremos, pero la organización permanecerá y nuestro deber es entregar a las próximas generaciones una organización más fuerte y más orgullosa de su historia. Me quedo en el PRD porque este partido no es de sus actuales dirigentes, ni siquiera de sus futuros dirigentes, es de todos los dominicanos y dominicanas que compartimos una visión común de nuestro país. Me quedo en el PRD sin esperar nada a cambio, sin pedir nada, en la última fila, como una militante más que quiere arrimar su hombro y que no se resigna a abandonar un hogar que no tiene ni dueños ni señores. Me quedo en el PRD siguiendo el ejemplo de José Francisco Peña Gómez PERDONANDO y trabajando por sus palabras: El PRD unido jamás será vencido.  

jueves, 6 de marzo de 2014

Hoy no lloremos a Peña Gómez, salvemos su legado

Hoy todos los Perredeistas amanecimos con Peña Gómez en la cabeza, hoy celebramos el 77 natalicio de nuestro líder inmortal.
Hoy su tumba vuelve a ser escenario del desfile de un partido roto, dividido por los egos, las pasiones, los intereses individuales, las traiciones, la falta de visión de poder.
Hoy le llevan rosas blancas con las manos llenas de división, nadie cede, nadie perdona, todos nos culpamos y ninguno de nosotros se desprende de su verdad.
Hoy Peña Gómez no necesita nuestras lágrimas, menos las rosas blancas, hoy el mejor regalo no podemos ni queremos darle, la anhelada unidad de la familia Perredeistas.
Hoy más que llorar, necesitamos salvar su legado, perdonando a nuestros adversarios, perdón que tanta falta nos hace, para lo mas valioso, por lo que Peña lucho " la unidad de nuestro PRD".
Hoy es un buen día para pensar, reflexionar y mirando atrás ver hacia adelante en procura de corregir cosas, de construir cosas, de volver a la mesa del diálogo deponiendo aptitudes y sacrificando apetencias individuales para lograr lo que todos y todas queremos: un PRD rumbo al poder, juntos unidos con los múltiples liderazgos pero bajo un solo partido.
Hoy más que nunca se hace urgente que la razón política sustituya las pasiones políticas, miremos los errores pasados, los odios y heridas causados, y no lo repitamos, no hagamos del pasado una comedia presente,  la memoria de José Francisco Peña Gómez no se merece eso, el lo dio todo por la unidad.
Entonces hoy sobran las lágrimas, la nostalgia, Peña no está, en nosotros solo vivie su legado y nuestro deber es salvarlo sobre todo lo terrenal e individual, salvemos nuestro Partido Revolucionario Dominicano, legado de Peña Gómez.
Hoy les recuerdo sus palabras: "yo los perdono, mis adversarios pueden contR conmigo, con mi perdón",