PALABRA DE MUJER

Palabra de mujer



lunes, 2 de marzo de 2015

La política frente a jóvenes hoy dia


Caminando en estos días por las calles de la capital de mi país, he podido ver, escuchar y compartir con jóvenes, unos alegres otras veces ansiosos llenos de dudas sobre su mañana y seguros de cambiar su presente. Y de conversa en conversa, les quiero compartir algunas miradas que he podido concluir, con la intención de que hagamos un paro y veamos en que mundo estamos y como podemos cambiarlo.

Las y los jóvenes, lejos de ser los acreedores de la deuda social, han optado por caminos legítimos de incorporación, principalmente la educación y el trabajo.

Hoy día la juventud, más que presentar elementos distintivos constituyentes de una identidad común, se diferencia significativamente según su clase social de origen.

Las y los jóvenes de estrato social bajo tienden a tener más dificultades de integración social.

Las mujeres jóvenes al igual que el resto de las mujeres, están más restringidas en sus posibilidades de ascenso que los hombres.

La participación política de las y los jóvenes es muy reducida y acotada.

Para las y os jóvenes la política aparece íntimamente ligada al modelo económico.

El sistema político representativo goza de muy baja legitimidad entre ellas y ellos.

La visión que tienen de sí mismos y de su posición social responde en gran medida a las condiciones de una sociedad donde el mercado ocupa una posición preeminente.

Las y los jóvenes de principio de siglo aparecen más individualistas y competitivos que las generaciones anteriores; por lo mismo, aparecen alejados de la política.

La vida de las y los jóvenes del nuevo milenio, no se orienta hacia la integración política, pero tampoco a la ruptura. Su visión puede retratarse como de autonomía social.

Al final del día, luego de una jornada de trabajo, converso con mi teclado y miro la pantalla, saben algo...las y los jóvenes siguen siendo los mismos, somos nosotros los que hemos cambiado y atento a nuestras individualidades ya no escuchamos, y hablamos solo de cosas que en nuestras cabezas tienen vida, sin comprobar un momento si esos jóvenes, ademas de votar, piensan y sienten de forma diferente.




EL PAPEL DE LA MUJER DE HOY EN LA POLÍTICA: MUJERES QUE REPRESENTEN A LA MAYORÍA


Tanto el hombre como la mujer son seres humanos, si la intención de Dios hubiera sido que la mujer tenga mayores derechos y sea superior al hombre, la habría tomado de su cabeza; si hubiere designado que fuese inferior al hombre y fuese su esclava, la hubiera tomado de sus pies; pero, Dios, según el relato bíblico, tomó a la mujer del costado del hombre porque quiso que sea igual a él.
Hoy sólo el 13% de los políticos son mujeres. Todos somos conscientes del decaimiento ético que están siguiendo las políticas y las leyes en los países más desarrollados. Sobre todo en lo que ve a la falta de defensa y protección de la vida humana. En principio, la mujer tiene los mismos derechos a “gobernar” que el varón. Muchas pueden decir ¿por qué los que “mandan” tienen que ser siempre varones? Sin embargo, no es este el hecho que justificaría una mayor presencia femenina en la política.
¿QUÉ HACEN LAS MUJERES EN POLÍTICA?
La mujer participa a través de los acontecimientos históricos, al lado del héroe, del caudillo, del hombre; que lucha por la justicia y por la libertad, esta es la presencia de la mujer, unas veces como forjadora anónima, otras como activa luchadora, otras como sembradora de los ideales patrióticos en los corazones y en las mentes de los seres que la rodean y otras veces dulcifica la tristeza de las derrotas y las heridas dejadas por el vencedor en el resurgimiento de la Patria.
¿LES INTERESA A LAS MUJERES LA POLÍTICA?
La política es un sentimiento innato al ser humano, está relacionado con la caridad, la justicia y solidaridad; por lo tanto, como dijo el Papa Juan Pablo II, hace más de 10 años, cuando escribió su carta sobre los Laicos: nadie y sobre todo ningún cristiano tiene derecho a decir que no le interesa la política; más bien hay que valorar la política como un Derecho y un Deber.
Sin embargo debe reconocerse que sólo un sector reducido de mujeres ha progresado en la política.
El más alto cargo público al que ha podido aspirar una mujer desde tiempos remotos, es el de ser Reina o Emperatriz, no habiendo podido alcanzar otras hasta épocas recientes cuando tomó impulso el feminismo; se exigió que todos los cargos públicos debían pertenecer a los ciudadanos en completa Igualdad de oportunidades en el ascenso a los mismos; es decir, tanto a hombres como mujeres y surgieron así en su apoyo los más diversos fundamentos; recordando que la mujer ha vivido en la historia política casi siempre al lado del hombre, siendo su presencia evidente en hechos históricos y en la esfera económica, moral e intelectual; aunque, a veces no se le ha dado la imagen exacta en razón de que muchos de sus actos han sido ocultados o no proyectados por el hombre.
¿QUÉ PRECIO PAGAN LAS MUJERES POR HACERLO?
Es muy alto, discriminación en tanto no se les comprende, se cree que son el sexo débil y hay quiénes sólo ven en ellas un objeto sexual; amas de casa; y que no tienen voluntad propia para exponer sus ideas.
Ha pasado el tiempo y los hombres aun piensan en la mujer como servidora y no comparten las responsabilidades de la casa, de los hijos; la imagen de la mujer moderna liberada de sus actividades hogareñas es simplemente falsa; lo que sucedió es que sobre su responsabilidad en el hogar, se ha sumado la del trabajo remunerado, ha crecido en conciencia política y social, capacidad de asumir cuotas de poder y plantear mejoras en el mundo; y así ser un ejemplo para sus hijos y su familia como ganadoras.
¿SON DIFERENTES LAS MUJERES A LOS HOMBRES?
Tenemos físico y salud diferente y somos las que gestamos y parimos; reconocer el aporte de la mujeres a la riqueza Nacional es legislar y cumplir disposiciones que nos benefician, es también un cambio de conciencia de hombres como de mujeres en el sentido de asumir que las mujeres no somos las mismas de ayer y que exigimos que la sociedad cambie para integrarnos de manera absoluta.
La mujer es más perseverante, hasta alcanzar sus ideales, es menos proclive a dar concesiones y a retroceder; pero, hay quienes la consideran frágiles, sensibles; etc. Por el mismo hecho de ser ¡Mujer!
Observando las acciones y comportamientos de las mujeres políticas de hoy, alguno podrá decir: “nada prueba que las mujeres serán diferentes de los hombres en la política y ¿qué van a añadir? De hecho, las pocas mujeres que hay actualmente en política se comportan como los hombres”. Quizás han tenido muchas dificultades para llegar donde se encuentran, y esto les ha supuesto renunciar, en parte, a lo que son ellas mismas. Esto es una consecuencia natural de la falta de presencia femenina en un mundo dominado por los varones. 

Pero las mujeres tienen un campo abierto en política. La *sensibilidad femenina permite que la mujer descubra al hombre concreto, singular, al pobre, al necesitado, en medio de las grandes políticas de los estados que se aplican a la masa en forma estadística. Además, la mujer tiene mucha más capacidad de negociar que el varón en el sentido de que logran llegar a conclusiones evitando rupturas y traumas en las relaciones.
Si las mujeres hubieran ocupado cargos públicos y privados hoy fuera diferente; si hubieran sido socios del hombre desde el principio, la civilización humana, habría sido totalmente distinta de lo que es ahora; toda la suerte de la humanidad habría estado en un punto de cambio. Hasta la actualidad hay hombres que tienen brillantes ideas de algo mejor; pero, únicamente con la ayuda de las mujeres, podrían realizarlo.
¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DE LA MUJER EN EL TERRENO POLÍTICO?
La mujer percibe con gran sensibilidad la disociación entre poder, justicia y ética la cual está llevando a muchos políticos a sacrificar los valores humanos por afirmar sus posiciones de poder. Las mujeres desean y pueden cambiar algunas decisiones políticas. Tienen un programa y una serie de valores precisos, no sólo sed de poder. Es este el motivo por el que la mujer tiene algo muy específico que ofrecer a la vida política: la promoción de los valores humanos. 

“Hacer política a la manera de las mujeres puede significar promover la paz y resolver los conflictos de modo diverso que un hombre, escogiendo cualquier medio menos la guerra, promoviendo así valores a favor de la vida en su significado profundo. Porque transmitimos la vida podemos introducir un cierto realismo, un poco de humildad en el sector público con el fin de poder establecer mejores condiciones de trabajo”.
¿LA PRESENCIA DE LA MUJER  MEJORA LA POLÍTICA?
Por supuesto, su participación da una visión más amplia a los problemas que nos aquejan hoy. La mujer modera con su presencia, liberando o integrando movimientos o partidos políticos y organizaciones sociales; derrumba ideales de superioridad de aquellos que sólo creen que la política es cosa de hombres.
Las mujeres en la actualidad presentan con su vida y sostienen con sus argumentos una gran gama de alternativas que ponen en práctica para enfrentarse a su rol, y en algunos casos mediando un alto costo, rompen barreras y obtienen éxito personal y reconocimiento social. Hoy las mujeres tienen libertad de participar en la vida política del país; pero, eso no significa que se ha terminado con la desigualdad implantado por aquellas “mentes machistas”; para el cambio es fundamental incidir en la Educación, sin educación no hay participación política (la educación es tan importante, incluso para hacer que las mayorías puedan participar en la conducción del destino del país); es fundamental que haya un nivel de educación básico que enfatice en el criterio de igualdad esencial del ser humano (masculino o femenino) y de igualdad de derechos y oportunidades para hombres y mujeres.
Por otro lado, es conveniente la presencia en política de mujeres que representen a la mayoría: mujeres madres de familia, esposas, aquellas que tienen que enfrentar la problemática de nuestro mundo, trabajar y sacar adelante la familia. Mujeres a quienes forja la lucha diaria y eso les hace abiertas y cercanas a las demás personas. Es este un gran reto ya que es necesaria la presencia de mujeres en política, y también varones, que experimenten en su propia vida la riqueza de los valores éticos y humanos de la familia. Sin embargo es evidente, al menos dada la situación actual, la dificultad de compaginar una carrera política con una rica e intensa vida de familia. La mayoría de las personas hoy en día inmersas en política, no suelen prestar demasiada atención a los asuntos de la familia, en gran parte porque ellos mismos carecen de una vida familiar intensa. A pesar del dilema, se impone encontrar vías adecuadas para lograr compaginar ambas cosas. 

Lo que se debe evitar es que las mujeres en política sigan sólo el modelo de la mujer que ha renunciado a lo más propio suyo, rechaza el matrimonio y la maternidad, y busca el poder para “lograr derribar al patriarcado de su atalaya”. Es dudoso que alguien así garantice mejoras en las condiciones de la mayoría de las mujeres. 

No es posible representar de forma real a la mayoría si se permanece distante de los problemas reales de las mujeres de hoy. Una mujer política deberá ser una mujer «para los demás» que, desde el esfuerzo y la entrega a sus deberes cotidianos, muchas veces escondidos, sepa comprender las necesidades e inquietudes reales de las otras personas. 

“La mejor curación de la presunción consiste en llegar a casa a lavar el suelo de la cocina con los niños por en medio que gritan porque quieren comida, atención y juegos. Las tareas cotidianas de la maternidad y de la paternidad nos hacen humildes y nos recuerdan que somos insignificantes. También por este motivo, muy banal, sostengo que las mujeres pueden ser, en ocasiones, mejores políticas que los hombres: estamos acostumbradas a poner paz y resolver los conflictos de nuestra experiencia cotidiana con los hijos (para no hablar de los maridos) y no podemos concentrar la atención sobre nosotras mismas mucho tiempo”.