Tanto el hombre como la mujer son seres
humanos, si la intención de Dios
hubiera sido que la mujer tenga mayores derechos y sea superior al hombre, la
habría tomado de su cabeza; si hubiere designado que fuese inferior al hombre y
fuese su esclava, la hubiera tomado de sus pies; pero, Dios, según el relato
bíblico, tomó a la mujer del costado del hombre porque quiso que sea igual a él.
Hoy
sólo el 13% de los políticos son mujeres. Todos somos conscientes del
decaimiento ético que están siguiendo las políticas y las leyes en los países
más desarrollados. Sobre todo en lo que ve a la falta de defensa y protección
de la vida humana. En principio, la mujer tiene los mismos derechos a
“gobernar” que el varón. Muchas pueden decir ¿por qué los que “mandan” tienen
que ser siempre varones? Sin embargo, no es este el hecho que justificaría una
mayor presencia femenina en la política.
¿QUÉ HACEN LAS MUJERES EN POLÍTICA?
La mujer participa a través de los
acontecimientos históricos, al lado del héroe, del caudillo, del hombre; que
lucha por la justicia y por la libertad, esta es la presencia de la mujer, unas
veces como forjadora anónima, otras como activa luchadora, otras como
sembradora de los ideales patrióticos en los corazones y en las mentes de los
seres que la rodean y otras veces dulcifica la tristeza de las derrotas y las
heridas dejadas por el vencedor en el resurgimiento de la Patria.
¿LES INTERESA A LAS MUJERES LA POLÍTICA?
La política es un sentimiento innato al
ser humano, está relacionado con la caridad, la justicia y solidaridad; por lo
tanto, como dijo el Papa Juan Pablo II, hace más de 10 años, cuando escribió su
carta sobre los Laicos: nadie y sobre todo ningún cristiano tiene derecho a
decir que no le interesa la política; más bien hay que valorar la política
como un Derecho y un Deber.
Sin embargo debe reconocerse que sólo un
sector reducido de mujeres ha progresado en la política.
El más alto cargo público al que ha podido
aspirar una mujer desde tiempos remotos, es el de ser Reina o Emperatriz, no
habiendo podido alcanzar otras hasta épocas recientes cuando tomó impulso el
feminismo; se exigió que todos los cargos públicos debían pertenecer a los
ciudadanos en completa Igualdad de oportunidades en el ascenso a los mismos; es
decir, tanto a hombres como mujeres y surgieron así en su apoyo los más
diversos fundamentos; recordando que la mujer ha vivido en la historia política
casi siempre al lado del hombre, siendo su presencia evidente en hechos
históricos y en la esfera económica, moral e intelectual; aunque, a veces no se
le ha dado la imagen exacta en razón de que muchos de sus actos han sido
ocultados o no proyectados por el hombre.
¿QUÉ PRECIO PAGAN LAS MUJERES POR HACERLO?
Es muy alto, discriminación en tanto no se
les comprende, se cree que son el sexo débil y hay quiénes sólo ven en ellas un
objeto sexual; amas de casa; y que no tienen voluntad propia para exponer sus
ideas.
Ha pasado el tiempo y los hombres aun
piensan en la mujer como servidora y no comparten las responsabilidades de la
casa, de los hijos; la imagen de la mujer moderna liberada de sus actividades
hogareñas es simplemente falsa; lo que sucedió es que sobre su responsabilidad
en el hogar, se ha sumado la del trabajo remunerado, ha crecido en conciencia
política y social, capacidad de asumir cuotas de poder y plantear mejoras en el
mundo; y así ser un ejemplo para sus hijos y su familia como ganadoras.
¿SON DIFERENTES LAS MUJERES A LOS HOMBRES?
Tenemos físico y salud diferente y somos
las que gestamos y parimos; reconocer el aporte de la mujeres a la riqueza
Nacional es legislar y cumplir disposiciones que nos benefician, es también un
cambio de conciencia de hombres como de mujeres en el sentido de asumir que las
mujeres no somos las mismas de ayer y que exigimos que la sociedad cambie para
integrarnos de manera absoluta.
La mujer es más perseverante, hasta
alcanzar sus ideales, es menos proclive a dar concesiones y a retroceder; pero,
hay quienes la consideran frágiles, sensibles; etc. Por el mismo hecho de ser
¡Mujer!
Observando
las acciones y comportamientos de las mujeres políticas de hoy, alguno podrá
decir: “nada prueba que las mujeres serán diferentes de los hombres en la
política y ¿qué van a añadir? De hecho, las pocas mujeres que hay actualmente
en política se comportan como los hombres”. Quizás han tenido muchas
dificultades para llegar donde se encuentran, y esto les ha supuesto renunciar,
en parte, a lo que son ellas mismas. Esto es una consecuencia natural de la
falta de presencia femenina en un mundo dominado por los varones.
Pero las mujeres tienen un campo abierto en política. La *sensibilidad femenina permite que la mujer descubra al hombre concreto, singular, al pobre, al necesitado, en medio de las grandes políticas de los estados que se aplican a la masa en forma estadística. Además, la mujer tiene mucha más capacidad de negociar que el varón en el sentido de que logran llegar a conclusiones evitando rupturas y traumas en las relaciones.
Pero las mujeres tienen un campo abierto en política. La *sensibilidad femenina permite que la mujer descubra al hombre concreto, singular, al pobre, al necesitado, en medio de las grandes políticas de los estados que se aplican a la masa en forma estadística. Además, la mujer tiene mucha más capacidad de negociar que el varón en el sentido de que logran llegar a conclusiones evitando rupturas y traumas en las relaciones.
Si las mujeres hubieran ocupado cargos
públicos y privados hoy fuera diferente; si hubieran sido socios del hombre
desde el principio, la civilización humana, habría sido totalmente distinta de
lo que es ahora; toda la suerte de la humanidad habría estado en un punto de
cambio. Hasta la actualidad hay hombres que tienen brillantes ideas de algo
mejor; pero, únicamente con la ayuda de las mujeres, podrían realizarlo.
¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DE LA MUJER EN EL
TERRENO POLÍTICO?
La
mujer percibe con gran sensibilidad la disociación entre poder, justicia y
ética la cual está llevando a muchos políticos a sacrificar los valores humanos
por afirmar sus posiciones de poder. Las mujeres desean y pueden cambiar
algunas decisiones políticas. Tienen un programa y una serie de valores
precisos, no sólo sed de poder. Es este el motivo por el que la mujer tiene
algo muy específico que ofrecer a la vida política: la promoción de los valores
humanos.
“Hacer política a la manera de las mujeres puede significar promover la paz y resolver los conflictos de modo diverso que un hombre, escogiendo cualquier medio menos la guerra, promoviendo así valores a favor de la vida en su significado profundo. Porque transmitimos la vida podemos introducir un cierto realismo, un poco de humildad en el sector público con el fin de poder establecer mejores condiciones de trabajo”.
“Hacer política a la manera de las mujeres puede significar promover la paz y resolver los conflictos de modo diverso que un hombre, escogiendo cualquier medio menos la guerra, promoviendo así valores a favor de la vida en su significado profundo. Porque transmitimos la vida podemos introducir un cierto realismo, un poco de humildad en el sector público con el fin de poder establecer mejores condiciones de trabajo”.
¿LA PRESENCIA DE LA MUJER MEJORA LA POLÍTICA?
Por supuesto, su
participación da una visión más amplia a los problemas que nos aquejan hoy. La
mujer modera con su presencia, liberando o integrando movimientos o partidos
políticos y organizaciones sociales; derrumba ideales de superioridad de
aquellos que sólo creen que la política es cosa de hombres.
Las mujeres en la
actualidad presentan con su vida y sostienen con sus argumentos una gran gama
de alternativas que ponen en práctica para enfrentarse a su rol, y en algunos
casos mediando un alto costo, rompen barreras y obtienen éxito personal y
reconocimiento social. Hoy las mujeres tienen libertad de participar en la vida
política del país; pero, eso no significa que se ha terminado con la
desigualdad implantado por aquellas “mentes machistas”; para el cambio es
fundamental incidir en la Educación, sin educación no hay participación política
(la educación es tan importante, incluso para hacer que las mayorías puedan
participar en la conducción del destino del país); es fundamental que haya un
nivel de educación básico que enfatice en el criterio de igualdad esencial del
ser humano (masculino o femenino) y de igualdad de derechos y oportunidades
para hombres y mujeres.
Por
otro lado, es conveniente la presencia en política de mujeres que representen a la mayoría: mujeres madres de familia,
esposas, aquellas que tienen que enfrentar la problemática de nuestro mundo,
trabajar y sacar adelante la familia. Mujeres a quienes forja la lucha diaria y
eso les hace abiertas y cercanas a las demás personas. Es este un gran reto ya
que es necesaria la presencia de mujeres en política, y también varones, que
experimenten en su propia vida la riqueza de los valores éticos y humanos de la
familia. Sin embargo es evidente, al menos dada la situación actual, la
dificultad de compaginar una carrera política con una rica e intensa vida de
familia. La mayoría de las personas hoy en día inmersas en política, no suelen
prestar demasiada atención a los asuntos de la familia, en gran parte porque
ellos mismos carecen de una vida familiar intensa. A pesar del dilema, se
impone encontrar vías adecuadas para lograr compaginar ambas cosas.
Lo que se debe evitar es que las mujeres en política sigan sólo el modelo de la mujer que ha renunciado a lo más propio suyo, rechaza el matrimonio y la maternidad, y busca el poder para “lograr derribar al patriarcado de su atalaya”. Es dudoso que alguien así garantice mejoras en las condiciones de la mayoría de las mujeres.
No es posible representar de forma real a la mayoría si se permanece distante de los problemas reales de las mujeres de hoy. Una mujer política deberá ser una mujer «para los demás» que, desde el esfuerzo y la entrega a sus deberes cotidianos, muchas veces escondidos, sepa comprender las necesidades e inquietudes reales de las otras personas.
“La mejor curación de la presunción consiste en llegar a casa a lavar el suelo de la cocina con los niños por en medio que gritan porque quieren comida, atención y juegos. Las tareas cotidianas de la maternidad y de la paternidad nos hacen humildes y nos recuerdan que somos insignificantes. También por este motivo, muy banal, sostengo que las mujeres pueden ser, en ocasiones, mejores políticas que los hombres: estamos acostumbradas a poner paz y resolver los conflictos de nuestra experiencia cotidiana con los hijos (para no hablar de los maridos) y no podemos concentrar la atención sobre nosotras mismas mucho tiempo”.
Lo que se debe evitar es que las mujeres en política sigan sólo el modelo de la mujer que ha renunciado a lo más propio suyo, rechaza el matrimonio y la maternidad, y busca el poder para “lograr derribar al patriarcado de su atalaya”. Es dudoso que alguien así garantice mejoras en las condiciones de la mayoría de las mujeres.
No es posible representar de forma real a la mayoría si se permanece distante de los problemas reales de las mujeres de hoy. Una mujer política deberá ser una mujer «para los demás» que, desde el esfuerzo y la entrega a sus deberes cotidianos, muchas veces escondidos, sepa comprender las necesidades e inquietudes reales de las otras personas.
“La mejor curación de la presunción consiste en llegar a casa a lavar el suelo de la cocina con los niños por en medio que gritan porque quieren comida, atención y juegos. Las tareas cotidianas de la maternidad y de la paternidad nos hacen humildes y nos recuerdan que somos insignificantes. También por este motivo, muy banal, sostengo que las mujeres pueden ser, en ocasiones, mejores políticas que los hombres: estamos acostumbradas a poner paz y resolver los conflictos de nuestra experiencia cotidiana con los hijos (para no hablar de los maridos) y no podemos concentrar la atención sobre nosotras mismas mucho tiempo”.
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